Señora Blanca,
a tus pies me postro para pedirte,
para suplicarte, hagas sentir tu fuerza,
tu poder y tu omnipotencia
contra los que intenten destruirme.
Señora te imploro seas mi escudo
y mi resguardo contra el mal,
que tu guadaña protectora
corte los obstáculos que se interpongan,
que se abran las puertas cerradas
y se muestren los caminos.
Señora mía, no hay mal que tú no puedas vencer,
ni imposible que no se doble ante tu voluntad.
A ella me entrego y espero tu benevolencia.
Amen.
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