El gato, considerado uno de los animales más enigmáticos, era venerado en el antiguo Egipto como un Dios y protector de la familia. Su nombre egipcio era Miw (que significa ver) y por ello, colocaban estatuas fuera de las casas para impedir la entrada de espíritus malignos, pues creían en su poder mágico y protector.
La diosa Bastet (Bast), era encargada de la fertilidad, cuya misión era proteger el hogar. Simboliza la alegría de vivir, pues se considera la deidad de la armonía y la felicidad.
La diosa Sekhmet (Sejmet) quien también se le representaba como un ser de aspecto felino, representaba las fuerzas destructivas de lo divino, o sea, siendo la causante de todo lo negativo, la venganza, la guerra, la peste.
La antigua ciudad de Bubastis (hoy Zagazig, en el delta del Nilo) estaba consagrada al culto felino, y de allí proceden centenares de gatos momificados que fueron enterrados. Debido al profundo amor y respeto por este animal, los egipcios castigaban con la pena capital a quien osara matar a uno, y cuando morían, después de momificarlos y enterrarlos, se les guardaba luto como a un familiar.
ÉPOCA MEDIEVAL
Mientras que en Egipto fueron considerados dioses, en el medievo, el gato fue considerado un animal maléfico, ya que eran fieles acompañantes de las brujas, y se tenía la creencia de que habían sido humanos, pero que a través de hechizos o conjuros, las brujas los habían transformado en felinos, y que incluso, ellas también podían transformarse. De aquí que la idea de que los gatos negros traen mala suerte siga lamentablemente presente en la actualidad.
El gato posee evidentes cualidades físicas, y son considerados grandes psíquicos por naturaleza, ya que pueden lograr un fuerte vínculo mental con sus dueños, al grado de "predecir" cuando están a punto de llegar o cuando la muerte anda cerca.
En el Esoterismo se cree que los gatos se alimentan de energías negativas, por eso se sientan o acuestan en determinados lugares para absorber, transformar y eliminar estar energías.
También se cree que al acariciar el lomo del gato, los humanos pueden liberarse de cargas de energía negativa y que después de vivir la séptima y última vida, pueden convertirse en humanos.
PODER TERAPEÚTICO
Según numerosos estudios científicos está comprobado el poder curativo y sanador de los gatos. Acariciar a un gato elimina el stress, elimina la negatividad y mejora el nivel cardiaco, aportando calma y quietud, contribuyendo a la salud física y psíquica del ser humano.
Según un estudio de 2009 de la Universidad de Búfalo se comprobó que con la compañía humana los gatos producían cantidades reducidas de la hormona del estrés cortisol. Lo cual beneficiaba tanto a felinos como a humanos. Los pacientes tratados en el estudio que adoptaron gatos mejoraban sustancialmente sus valores cardiacos y mejoraban sus niveles de presión arterial, con unos niveles que superaban el uso de medicamentos.
Dados los buenos resultados en laboratorio, el uso de la Zooterapia, o el tratamiento de enfermedades con la ayuda de animales, se desarrolla con rapidez. Cada día son más patentes los beneficios que estas mascotas proporcionan para el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades. El uso de los gatos, por ejemplo, mejora ciertas dolencias en especial enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
Los últimos estudios científicos efectuados por el Centro de Investigación de Interacción Humano-Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri han demostrado que tener un gato ayuda a las personas con problemas de hipertensión y riesgo de sufrir un infarto a reducir el estrés, mejorar la presión sanguínea y generar estabilidad mental.
Al acariciar el pelaje suave de estas mascotas y generarse el ronroneo del animal, los seres humanos consiguen ir reduciendo sus niveles de y calmando la ansiedad, del mismo modo que algunos psicólogos y terapeutas recomiendan el uso de bolas, peluches y accesorios antiestrés.
Según la doctora Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bio-acústica, el ronroneo del gato es muy útil para acelerar la curación. Se comprobó, por ejemplo, que el ronroneo vibraba en un frecuencia óptima para acelerar en concreto la curación de los huesos. Así pues se demostró que “El tipo de frecuencias que es encontrado en el ronroneo del gato es bueno para la curación del músculo, el tendón, y las heridas de los ligamentos, también como para el fortalecimiento y la tonicidad muscular. Son buenas para cualquier tipo de herida de las coyunturas, curación de heridas, reducción de la infección y la hinchazón, alivio del dolor, y alivio de la enfermedad crónica pulmonar”.
El Dr. June McNicholas concluyó que las mascotas ,y en especial los gatos, ofrecen compañía y apoyo emocional, a la vez que realzar nuestras interacciones sociales con otras personas.
Según un estudio de 2009 de la Universidad de Búfalo se comprobó que con la compañía humana los gatos producían cantidades reducidas de la hormona del estrés cortisol. Lo cual beneficiaba tanto a felinos como a humanos. Los pacientes tratados en el estudio que adoptaron gatos mejoraban sustancialmente sus valores cardiacos y mejoraban sus niveles de presión arterial, con unos niveles que superaban el uso de medicamentos.
Dados los buenos resultados en laboratorio, el uso de la Zooterapia, o el tratamiento de enfermedades con la ayuda de animales, se desarrolla con rapidez. Cada día son más patentes los beneficios que estas mascotas proporcionan para el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades. El uso de los gatos, por ejemplo, mejora ciertas dolencias en especial enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
Los últimos estudios científicos efectuados por el Centro de Investigación de Interacción Humano-Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri han demostrado que tener un gato ayuda a las personas con problemas de hipertensión y riesgo de sufrir un infarto a reducir el estrés, mejorar la presión sanguínea y generar estabilidad mental.
Al acariciar el pelaje suave de estas mascotas y generarse el ronroneo del animal, los seres humanos consiguen ir reduciendo sus niveles de y calmando la ansiedad, del mismo modo que algunos psicólogos y terapeutas recomiendan el uso de bolas, peluches y accesorios antiestrés.
Según la doctora Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bio-acústica, el ronroneo del gato es muy útil para acelerar la curación. Se comprobó, por ejemplo, que el ronroneo vibraba en un frecuencia óptima para acelerar en concreto la curación de los huesos. Así pues se demostró que “El tipo de frecuencias que es encontrado en el ronroneo del gato es bueno para la curación del músculo, el tendón, y las heridas de los ligamentos, también como para el fortalecimiento y la tonicidad muscular. Son buenas para cualquier tipo de herida de las coyunturas, curación de heridas, reducción de la infección y la hinchazón, alivio del dolor, y alivio de la enfermedad crónica pulmonar”.
El Dr. June McNicholas concluyó que las mascotas ,y en especial los gatos, ofrecen compañía y apoyo emocional, a la vez que realzar nuestras interacciones sociales con otras personas.
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